Préstamos rápidos en línea: ¿cómo solicitar y dónde?

Los préstamos rápidos son una ayuda económica que tiene como objetivo brindarse a la inmediatez debido a que el cliente los necesita con presteza. Esta rapidez es la que hace que tengan límites breves de devolución y los montos sean más bajos, también pueden llegar a tener intereses más altos.

Generalmente si buscas un préstamo que no cuente con tantas exigencias, lo más conveniente es que no lo obtengas a través de un banco, ya que sus requerimientos son numerosos. Para un crédito de más fácil acceso siempre será más adecuado aplicar a uno en línea, mira en nuestra tabla comparadora las opciones que tienes disponibles.  

Para verificar que las financieras con las cuales sacarás tu crédito son legales y seguras, es aconsejable que compruebes que estén reguladas y registradas por la CONDUSEF y la CNBV. Ambas son comisiones que garantizan la protección de los derechos del usuario de acciones fraudulentas y poco transparentes.

Si deseas obtener un préstamo donde no se verifique tu Buró, deberás consultar las condiciones que cada prestamista tiene. En nuestra web encontrarás este detalle especificado para que puedas prevenirte. Sin embargo, por lo general, todos los proveedores analizan el historial, pero no lo toman como un factor excluyente para otorgarte el préstamo.

Habitualmente, las empresas te pedirán que primero liquides el costo total de tu préstamo para poder pedir otro, para asegurarse que no acumules cuotas que puedas no saldar en el futuro. Hay ciertas salvedades donde se permite tener dos créditos vigentes, pero son la minoría.

Todo dependerá del prestamista que elijas, en ciertos casos se piden avales cuando el cliente tiene un historial crediticio negativo. En otros, los proveedores cuentan con más requisitos y esperan que se proporcione garantías y nóminas. También te pueden pedir comprobantes de ingresos regulares.

Siempre hay una posibilidad baja de que se rechacen las solicitudes de los usuarios, sin embargo, la mayoría de las veces se deben a errores en el procedimiento, como un mal llenado de los formularios o el uso de datos incorrectos. El otro factor es que no cumplas con los requisitos mínimos que piden los proveedores.

Por lo general, todas las compañías prestamistas tienen una modalidad similar de pagos. La más comunes son la transferencia bancaria, el depósito en ventanilla o practicaja en bancos o tiendas adheridas y con tarjeta. A la hora de saldar tu cuota, podrás elegir el método en tu perfil.

Como lo dice su nombre, los préstamos son rápidos, ya que están diseñados para que las personas puedan acceder a ellos de forma inminente, especialmente para cubrir gastos apremiantes. Una vez finalizada la solicitud y habiendo obtenido la aprobación, tendrás tu dinero depositado en breve, según el monto del préstamo puede tardarse entre 15 minutos a 48 horas.

Si te surge un imprevisto y no puedes devolver el préstamo es importante que te comuniques con tu proveedor para primero pedir una prórroga. Si no la pagas tampoco a tiempo, se te cobrarán intereses morosos y hasta se pueden iniciar acciones legales con un ente de cobranza exterior.

Todos los proveedores te pedirán al realizar la solicitud una cuenta bancaria en la cual seas el titular. No te preocupes, esto es un requisito básico debido a que es allí donde se te hará el depósito de tu préstamo. Los prestamistas no trabajan con dinero en efectivo, aunque tú sí puedas hacer tu devolución en caja.

Los préstamos rápidos pueden llegar a tener tasas de interés más altas, ya que su modalidad inmediata y los requisitos mínimos que se piden lo vuelven un producto de mayor costo. Sin embargo, existen muchas entidades financieras que ofrecen el primer préstamo gratuito, sin interés. Tanto las tasas como el CAT están detallados en cada sitio para saber la cantidad que se deberá devolver en total.